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Parece mentira la cantidad de horas y la cantidad de faena callada que vamos haciendo. Nuestro trabajo no quiere prisas, ni mucho ruido.

Se trata de hacer crecer un nuevo modo de organización muy personal, y muy íntimo de cada uno. Y para conseguirlo es necesario un ambiente de trabajo intenso, pero calmado; arriesgado, pero seguro; estimulante, pero asumible.

Durante este curso hemos tenido algunas visitas externas que nos han abierto nuevos canales de información, de reflexión y de estimulación en nuestra búsqueda.

Es el caso del arquitecto Roger Tudó, alumno con gran experiencia de Técnica Alexander, que nos ofreció una seria reflexión sobre el valor de la organización fluida por encima de una estructura física fija, y cómo la Técnica Alexander no externaliza la solución, sinó que reconoce que la solución proviene de uno mismo.Tambien tuvimos a Rut Bordés trabajando amb una pareja de futuros padres en lo que ella nombra como Eutokia, o cómo aplicar la Técnica Alexander en el parto.

Y en abril, tuvimos un curso intensivo de una semana de duración con Paolo Frígoli, amigo y compañero desde hace unos 20 años, profesor italiano de Técnica Alexander (actualmente director de una escuela de formación), Fisioterapeuta y Osteópata cranio-sacral. La petición que le havíamos planteado era: “Cual es la anatomia humana que todo profesor de Técnica Alexander debe saber, en cuatro sesiones”. Y lo hizo!