La salud y el bienestar:
un derecho,
una responsabilidad,
una habilidad.
poise [poiz] noun, verb, poised, pois·ing.
nombre
- Un estado de equilibrio, como en igualdad o en igual distribución del peso.
- Gracia, aplomo, elegancia de movimientos o de actitud: moverse con gracia, moverse con aplomo.
- Una actitud firme, de confianza en sí mismo; compostura; buena relación consigo mismo: p.ej. demostrar firmeza frente a un grupo.
- Estabilidad, solidez: p.ej. solidez intelectual.
- Suspensión o vaivén, como un estado entre el reposo y el movimiento, o entre dos fases de movimiento: p.ej. el vaivén de las mareas.
verbo
- Ajustar, mantener o llevar a un equilibrio; equilibrar.
- Sostener una cosa aguantada o elevada, como para presentarla o utilizarla; p.ej. sostener una lanza.
- Llevar algo, sosteniéndolo de una cierta manera: p.ej. andaba llevando un jarrón de agua sobre la cabeza.
- Estar en equilibrio, equilibrado.
- Quedarse en suspenso, como un pájaro en el aire.
“La Técnica Alexander es una guía hacia un estado de libertad y de equilibrio entre cuerpo y mente que es la base para cualquier actividad eficaz.”
Este estado de equilibrio también es -quizás por sorpresa- una calidad que podemos cultivar, una habilidad que se puede aprender y desarrollar.
Poise, o equilibrio, es aquel estado en que las cosas, simplemente, funcionan. Dicho de manera algo más técnica, es cuando hacemos el esfuerzo adecuado, en el momento adecuado y de la forma más adecuada. Se trata de una condición óptima a partir de la que podemos valorar y disfrutar al máximo de nuestras capacidades y aptitudes.
Por naturaleza, ese estado de equilibrio es delicado, difícil de mantener. Surge cuando los distintos elementos de uno mismo funcionan en armonía. Sin embargo, mantener sincronizadas las dimensiones física, intelectual y emocional no es tarea fácil. A menudo, de forma involuntaria, nuestro ecosistema interno se altera, impidiendo el equilibrio.
Un estado de equilibrio reducido limita o empobrece nuestras vidas. Nos vemos obligados a hacer un mayor esfuerzo para realizar nuestras tareas diarias, con tensión y fatiga… o bien nos encontramos en el otro extremo: fatigados y letárgicos, incapaces de generar la energía necesaria y proclives a tirar la toalla. El nivel de equilibrio determina en gran parte la salud, el bienestar y, literalmente, la calidad de vida.
La Técnica Alexander nos permite, de forma sistemática, práctica y concreta, recuperar lo que F.M. Alexander llamó “la herencia suprema del hombre”: el equilibrio consciente.
En una clase individual de Técnica Alexander, el profesor ayuda al alumno -mediante un suave contacto manual y unas instrucciones verbales- a sentir con más claridad y consciencia nuestra innata integridad psicofísica. Aprendemos progresivamente a reconocer y promover esa integridad, y el papel que juegan la actitud y la intención en determinar la condición física en que nos encontramos. Desarrollamos una organización neuromuscular más saludable y eficiente que reemplaza gradualmente los hábitos anteriores. Esta nueva organización nos permite:
- Reducir los desequilibrios habituales del tono muscular (tensión o flaccidez excesivos), que dificultan una respiración, una circulación y una digestión más saludables.
- Mantener una manera de estar y de actuar -una postura dinámica- que optimice la capacidad innata de nuestro cuerpo para el equilibrio, la coordinación y el movimiento.
En resumen, aprendemos a respetar el funcionamiento natural del cuerpo y a hacer un uso adecuado y consciente de él.